La característica física dominante de Chile es la cordillera de los Andes, que nace en la región de la Guajira colombo-venezolana y recorre el país de norte a sur hasta Tierra del Fuego.
Regiones fisiográficas
Chile puede dividirse longitudinalmente en tres regiones morfológicas: la majestuosa cordillera de los Andes al este, la cordillera de la Costa al oeste y el valle Longitudinal o depresión Intermedia, ubicada entre ambas cadenas. Latitudinalmente se distinguen tres importantes regiones geográficas y climatológicas: la septentrional (árida), la central (mediterránea) y la meridional (templada oceánica).
La cordillera de los Andes es más ancha en la región septentrional, en donde se encuentran amplios macizos y numerosas montañas con altitudes superiores a los 6.000 metros. Allí se sitúa el pico montañoso más elevado del país y el volcán activo de mayor altitud del mundo, el nevado Ojos del Salado (6.880 m). La depresión Intermedia está ocupada por el extenso desierto de Atacama, una de las zonas más áridas del mundo, que ocupa parte de la depresión Intermedia del Norte Grande, región norte-central. En algunos sectores esta planicie se encuentra interrumpida por cordones montañosos, principalmente entre las regiones de Atacama y Valparaíso.
En la zona central, la meseta cede su lugar al valle Longitudinal, de unos 965 km de longitud y una anchura que oscila entre los 40 y los 80 km, que es la zona más poblada del país. La fértil área entre los ríos Aconcagua y Biobío constituye el corazón agrícola de Chile. Los Andes centrales son más angostos y bajos que los septentrionales por la presencia de una mayor cantidad de agentes erosivos; aquí se encuentran los pasos cordilleranos más importantes de los Andes y del país, entre ellos el de Los Libertadores, que comunica con la República Argentina.
La región meridional se caracteriza por no albergar a la depresión Intermedia, ya que ésta desaparece en el seno de Reloncaví (Los Lagos). La costa está delimitada por largas cadenas de islas y fracturada por numerosos fiordos. En los Andes meridionales la altitud rara vez supera los 1.830 metros.
Chile se encuentra en una zona geológicamente inestable y sufre periódicamente los efectos de la actividad sísmica y volcánica, debido a la presencia de la placa de Nazca.
Ríos y lagos
Los numerosos ríos de Chile son relativamente cortos; nacen, por lo general, en los Andes y fluyen en dirección oeste hacia el Pacífico. En las regiones septentrional y central se alimentan fundamentalmente de las nieves eternas que cubren los Andes. Los ríos más importantes son, de norte a sur: Lluta, Loa, Elqui, Limarí, Choapa, Petorca, La Ligua, Aconcagua, Maipo, Rapel, Mataquito, Maule, Biobío, Imperial y Toltén. Aunque de valor limitado para la navegación debido a sus cascadas, son vitales para el regadío y la producción de energía hidroeléctrica. La mayoría de los grandes lagos chilenos, entre ellos el Llanquihue, se concentran en la maravillosa región lacustre del sur (dentro de la región de Los Lagos).
Clima
Debido a su gran extensión latitudinal, Chile cuenta con climas diversos. En general, en la costa las temperaturas son moderadas por la influencia del océano Pacífico.
La región septentrional es casi enteramente desértica, una de las más secas del mundo; sin embargo, las temperaturas son moderadas por la presencia de la fría corriente de Humboldt. Las temperaturas durante el mes de enero en las ciudades de Antofagasta (de clima desértico costero) y Santiago (de clima mediterráneo con estación seca prolongada) alcanzan un promedio de 20,6 °C y 19,5 °C, respectivamente; en el mes de julio, la temperatura en Antofagasta alcanza los 14 °C de promedio y los 8 °C en Santiago.
Las temperaturas descienden cerca de 1 °C por cada 150 m de altitud en los Andes. Las lluvias se incrementan en la región meridional y el clima mediterráneo es característico de la región central. En esta zona, las precipitaciones suelen concentrarse en los meses de invierno (de mayo a agosto), variando desde un total anual de 375 mm en Santiago a los 12,7 mm en Antofagasta; los inviernos son suaves y los veranos relativamente cálidos. La región meridional se caracteriza por un clima más frío (templado y marítimo lluvioso) y en ella las precipitaciones se distribuyen equitativamente durante todo el año, llegando a un máximo de unos 5.080 mm en las cercanías del estrecho de Magallanes. La temperatura media anual en Punta Arenas, en el extremo meridional, es de 6,5 °C. En el sur son comunes los fuertes vientos del oeste con influencia marítima.
Flora y fauna
La flora autóctona de Chile varía según la zona climática. La región norteña presenta pocas variedades de vegetación (coirón, llareta, pajonales y cactáceas) y es uno de los mejores ejemplos de desierto absoluto en todo el planeta. El valle Longitudinal, más húmedo, cuenta con diversas especies de cactus, arbustos espinosos, pastizales y la araucaria, que produce piñones comestibles. Al sur de Valdivia se encuentran densos bosques húmedos en los que abundan el laurel, el roble, el raulí, el ñirre (véase Fagáceas), el coihué, el ciprés, el mañío y el lingue, así como diversas especies de coníferas. Otras plantas destacadas del país son: el molle, árbol cuyos frutos se emplean como condimento; el quillay, el peumo y el radal. El extremo sur se caracteriza por una vegetación de pastos esteparios.
La fauna es menos diversificada que en otros países de Sudamérica debido a la barrera que ofrecen los Andes. Entre los mamíferos autóctonos merecen mencionarse la llama, la alpaca, la vicuña, el guanaco, el puma, el zorro culpeo, el huemul (ciervo de los Andes), el pudú (cérvido pequeño) y la chinchilla. Las aves son variadas, aunque están ausentes los tipos sudamericanos predominantes. Además de la trucha, que fue introducida desde América del Norte, hay pocos peces de agua dulce en los ríos y lagos chilenos, destacando únicamente el pejerrey y el salmón. En la costa del mar abundan los peces, mariscos y mamíferos marinos gracias a la corriente fría de Humboldt.
Recursos minerales
Chile ha sido un país que trabaja el suelo y el subsuelo, exportando estos productos como materia prima. La gran extensión de territorio cordillerano, presente en el país, le da unos treinta elementos mineros valiosos, pero los más importantes son: el cobre, el molibdeno, el renio, el litio y el yodo. Además, son importantes las reservas de hierro, potasio, manganeso, boro y salitre, mineral que le dio una gran riqueza a comienzos del siglo XX, pero cuya demanda ha disminuido debido a la aparición de productos sintéticos que lo han reemplazado.
domingo, 10 de agosto de 2008
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